Mi confesión

12 Mayo, 2018

En junio de 2017, estaba en Amsterdam escribiendo sobre la próxima aventura que vendría, nunca me hubiera imaginado que mi vida cambiaría tan drásticamente.

Después de Amst, volví a París y tomé el avión que se suponía aterrizaria en Perth, Australia, para reunirme con mis divinas amigas, pero nunca recibí la visa de aprobación, así que quede varada en la parada anterior, Singapur.

Gaste horas en llamadas a embajadas, escribí correos electrónicos y oré al universo para poder entrar… pero ese no era EL plan.

Esperé en Singapur cuatro días, y nada. Luci recomienda ir a Kuala Lumpur por su costo y cercania… así lo hice. Ahí estaba, mirando las torres Petronas en un continente totalmente nuevo para mí.

Cuando no había más esperanza, acepté que no era el momento de ir a Australia, decidí ir a la playa que un parisino sugirio: las islas Perhentian …

En el avión, una argentina propone compartir el taxi a la isla y de yapa el bote más rápido que tomé hasta hoy. Estábamos en diferentes partes de la isla asique al día siguiente traté de encontrarla, con mi teléfono de guía, caminé por un camino abandonado y un pirata malasio y una chica parisina me invitaron a almorzar… por supuesto que acepté.

El lugar era increíble, sin descubrir, en el medio de la nada, así que un taxista me ayudó a mover mis cosas (una bolsa de 7 kilos y el equipo de mate) al Paraíso. Éramos un hermoso grupo multicultural de argentinos franceses y malayos, que vivimos estilo hippie durante cuatro días.

Una puesta de sol estábamos caminando con Flor y vi el aviso “masaje tailandés”; era un sueño por cumplir: aprender masajes profesionalmente … dijo que tenía un amigo alemán que estaba muy feliz estudiando en Pai, Tailandia.

Mr. Bann y la Dra. Joy me recibieron de corazón y trataron como una hija. Estudié y practiqué masaje tailandes, de pies y suizo durante 50 días …Allí, conocí a Marcel, pasamos muchas noches mirando el cielo y preguntándonos qué hacer con nuestra energía sexual, bajo la influencia de un maestro que nos empujaba a evitar el sexo casual o superficial. Estaba frustrada. Siempre buscaba satisfacción pero nunca conexiones profundas. El amor era accesorio.

Tenía curiosidad por la meditación así que Mr. Bann me presento al monje budista del pueblo. Mendiante señales explico cómo meditar: “sigue tu respiración y silencia tu mente”. No funcionó, incluso me afeité la cabeza para probar…

La pérdida de cabello simplifico mi apariencia, aprendi a mirar más allá del look e inesperadamente disminuyo el deseo sexual. ¡Pero no quería volverme célibe! Gobernada por Venus, no era una opción …

Marcel se iba a casa, así que le pedí al universo que trajera nuevos estudiantes. Una semana después, Loy estaba con nosotros. Compartí que quería ir a la India a cantar mantras y aprender Kundalini yoga …pero sugirio otro destino: “Primero, anda a Agama en Koh Phangan, Tailandia”.

El primer día que escuché al Gurú de la escuela, supe que estaba en el lugar correcto, mi corazón cálido y algunas lágrimas silenciosas lo confirmaban. En mis notas de ese día escribi: “tu deuda con el universo es despertar”.

Desde ese momento, intento pagarla… Complete el primer nivel de Agama yoga: aprendí sobre energía, chakras, interiorización y concentración de la mente. ¡Finalmente aprendí a usar mi energía sexual, primero en teoría y afortunadamente en la práctica!

Antes de que comenzara el primer nivel, estaba tomando un licuado en la calle y vi por primera vez al hombre que iba a sacudir profundamente mi mundo. Sentí una atracción magnética instantánea; su sonrisa y el hecho de que condujera tan felizmente su bicicleta hicieron saltar mi corazón.

Todo estaba destinado a ser, ¡en el cuarto día de mi curso descubrí que él era mi profesor de yoga! Me quedé después de clase muchas veces para “hacer preguntas” hasta que me invitó a tomar un coco y ahora escribo, desde su computadora, en su pueblo, Dornbirn, Austria.

Estuve estudiando en Agama desde septiembre hasta finales de abril, incluso comparti clases con Luci que vino desde Australia y atardeceres con mis padres que vinieron de visita!

Graduarme de instructora de Agama yoga abre la posibilidad de compartir todo lo que ha cambiado mi vida, al comienzo de este viaje pedi “ aprender a sanar (me) y ayudar a otros seres a hacerlo”.

Estos últimos días, en mi luna roja, profundicé en mí misma, leí astrología, sobre el amor, las relaciones felices y la lectura de “Letting go: the path of surrender” de David R. Hawkins. Había “algo”que confesar…tenía que “salir del armario” una vez más.

He sido una rebelde desde que pequeña, justiciera, mediadora y luchadora.

Estaba realmente enojada, ese sentimiento tiene mucha energía, así que hice mucho: enseñe educación física en escuelas rurales, re-organizace el centro de estudiantes del profesorado, milite en un partido de izquierda y en el activismo feminista.. .

Pero después de haber sido despedida de más de dos escuelas y vivir escándalos con mis propios compañeros, reflexione y caí en la cuenta: no daba más de tanto enojo.

Todo lo que necesite llegó: perdonar, amigarme, charlas de reconciliación, disculpas, aprendizaje, claridad, creatividad y las ganas de moverme a Francia.

Ese fue el comienzo de mi camino espiritual y el propósito de este escrito es permitirme compartir que he cambiado radicalmente.

“Carl Gustav Jung dijo que la personalidad sana está igualmente equilibrada entre el trabajo, el juego, el amor y un aspecto de la personalidad llamado espiritualidad, que también podríamos definir como la búsqueda de significado y valor. Estas investigaciones provocan trastornos internos, pero también momentos de aceptación y paz. Hay momentos de comprensión intuitiva que nos invitan a continuar la búsqueda, a descubrir si hay algo más allá del mundo físico y material y sus fenómenos en constante cambio (“Letting go” de David R. Hawkins)

Así que, aquí estoy, confesando que siento “ algo más allá del mundo material” la presencia de Energía Cósmica Divina, un Ser superior o Dios… cada vez que me levanto y consagro todas las acciones de mi día, cuando practico Agama yoga, cuando hago el amor con Stefan, cuando veo un hermoso paisaje, cuando hablo con mi familia y amigas, cuando sonrío o analizo mis emociones.

La resistencia a compartir estas creencias se basaba en que están muy lejos de lo que solía creer; son completamente opuestas a la atea que era. El miedo a ser juzgada y rechazada me mantenían callada…pero peor es negarme a mi misma.

En la búsqueda del equilibrio, para fluir y estar al servicio de los demás, necesito abrazar todas mis partes porque “en la aceptación, disfrutamos la experiencia de la armonía”.

Queda mucho por hacer pero siento que este es un gran primer paso en pos de expresar quién soy.

Gracias a Shiva, Swamiji, Stefan, los maestros y estudiantes de Agama, mi familia y mis queridas amigas por amarme como soy. Estoy eternamente agradecida por todos ustedes.

Te deseo amor y aceptación …

Abrazos largos,

Carla